EL DINERO Y LOS MERCADOS: PROPUESTAS DE TIPOS IDEALES
Eduardo Díaz Cano
Universidad Rey Juan Carlos
Almudena García Manso
Universidad Rey Juan Carlos
Resumen
Esta comunicación pretende traer a discusión un instrumento útil para la investigación sociológica y que está presente entre los sociólogos casi desde los inicios de la disciplina. Se trata de la sociología comprensiva de la mano de uno de sus promotores como es Max Weber.
Dentro de esa sociología comprensiva, Weber utiliza una categorización muy personal que son los tipos ideales. Nosotros queremos personalizar estos tipos ideales en una estructura social concreta: los mercados. Ya existen, entre la bibliografía especializada, variados estudios sobre los mercados pero nosotros queremos traer a discusión la propuesta de Richard Swedberg y aportar nuestras propias ideas al tema así como sobre el dinero en su relación con los mercados.
Palabras clave: Weber, Swedberg, tipos ideales, mercados, dinero
Introducción
Max Weber comenzó su vida como profesional de la economía política con una investigación empírica para estudiar la situación de los trabajadores agrícolas al este del Elba, “La situación de los campesinos en Alemania Oriental” por qué emigraban unos y por qué inmigraban otros.
Esta investigación, en dos series consecutivas de 1980 y 1983 y de la mano de Verein für Socialpolitik y del Evangelisch-sozialer Kongress (Radkau, 2005:862), fue una investigación cuantitativa, con cuestionarios enviados a terratenientes, agricultores alemanes y polacos, párrocos, etc. El resultado: distintas publicaciones y comunicaciones en congresos en los que -con números, estadísticas, análisis de los anteriores- Weber saca conclusiones correspondientes a la situación de los trabajadores al este del Elba. La actitud de los trabajadores (alemanes y polacos) ante la nueva situación laboral -empresarial y la de los propietarios de las tierras (junkers) fue objeto de análisis y trató de entender el homo oeconomicus que estaba creciendo en Alemania, el “individuo movido exclusivamente por el cálculo y la búsqueda de su propio beneficio material” (Poggi 2006:12).
Pero Weber quiso buscar más explicaciones a la realidad que reflejaban los números y trató de entender aquello de forma cualitativa, comprensiva. Los resultados de su investigación los trasladó al campo político especialmente aprovechando la investigación para reflejar los orígenes y las consecuencias de unas decisiones políticas -dejación de funciones- en el sentido de no proteger suficientemente los intereses “alemanes” en cuanto a las corrientes migratorias de trabajadores, más baratos y con posibilidad de despedirlos por temporadas (Duek, 2009:255) y, en otro orden de cosas, las consecuencias de un nuevo sistema de producción reflejada en los nuevos “empresarios” que sustituían a los terratenientes y las formas de vivir y realizar negocios establecidas durante siglos por estos últimos. Cambiaban las herramientas, cambiaba la forma de producir y cambiaban, también, las personas que llevarían adelante esta “revolución”. Esto ha sido investigado desde muy variados puntos de vista: la historia (Mommsen, 1969; Hobsbawm, 2001; Toynbee, 1956), la economía (Stolper, 1942; Hardach, 1980), la sociología (Wollmann, 2010; Hochstadt, 1999), y otras disciplinas y autores.
Y si esta es una de las formas de investigación utilizadas en la sociología para tratar de entender los hechos sociales, en su fundamentación teórica, Weber nos dice que la sociología comprensiva intenta comprender una acción humana para conocer el significado o sentido de ese comportamiento y lo comprendemos si lo podemos explicar, y lograremos explicarlo si somos capaces de ver el enlace existente entre el motivo por el que se hace la acción y el propio desarrollo de esta (Weber, 1984:7 y 9). Para hacer más “visual”, concentrada, la comprensión de la realidad, Weber utiliza una forma de catalogar, de estructurar la realidad que denominó los “tipos ideales” (Gerhardt, 2001). No quiso dedicar sus escritos a establecer “ideales” en el sentido de aquello que puede ser un modelo a seguir y cuyos objetivos son casi inalcanzables.
Nada más lejos de la realidad. Son un instrumento para analizar un fenómeno histórico o social, teniendo en cuenta que son una construcción racional que investiga y expone todas las conexiones tanto lo racional como lo irracional, las “desviaciones” de toda acción humana al influir estas en su comportamiento o acción. Los tipos son como “promedios estadísticos” (Ferrer, 2007: 816). Weber pone el ejemplo de una acción política o militar analizando, primero, “cómo se hubiera desarrollado esa acción de haberse conocido todas las circunstancias y todas las intenciones de los protagonistas (individualización) y de haberse orientado la elección de los medios de un modo rigurosamente racional con arreglo a fines” continúa diciendo que “la construcción de una acción rigurosamente racional con arreglo a fines sirve en estos casos a la sociología como un tipo (tipo ideal) mediante el cual comprender la acción real, influida por irracionalidades de toda especie, como una desviación del desarrollo esperado de la acción racional” (generalización) (Ritzer, 1993:250).
Así podemos decir que “toda interpretación persigue la evidencia. Pero ninguna interpretación, por evidente que sea, puede pretender ser también la interpretación causal válida. En sí no es otra cosa que una hipótesis causal particularmente evidente” (Ibíd.). Y en esta línea de hipótesis causal es en la que vamos a desarrollar este trabajo tomando como foco de análisis los mercados, en un primer paso y partiendo del texto de Swedberg, así como un segundo paso en el que se toma como referencia a los mercados pero en su relación con el dinero, las monedas, los billetes, los valores bancarios, el dinero de plástico o el dinero electrónico. No pretende ser un estudio definitivo sino aportar un punto de vista diferente sobre los ya realizados tanto por el mismo Weber, tanto en la primera parte de Economía y sociedad (1984:56-64) como al final de esta en el apartado 5 de la segunda parte: “Mercado (incompleto)” -que aparece con este título entre paréntesis tanto en la versión española como en la alemana de 1922 (Ibíd. 493-498); como por Simmel en su Filosofía del dinero (1905) o Karl Marx, El capital (1867) y por otros autores actuales como Pierre Bourdieu Las estructuras sociales de la economía (2000); Baker y Jimerson “The sociology of money” (1992) y otros como Schumpeter (1971) o Smelser (1967), Zelizer (1989), White (1987), Rosenbaum (2000), Podolny (1994), Nee (1989), Luhmann (1988), Berger (2003) o Abolafia (1998). Debemos añadir a este grupo a Richard Swedberg por diversos trabajos sobre los mercados y, en general, sobre la sociología económica.
Así podemos decir que “toda interpretación persigue la evidencia. Pero ninguna interpretación, por evidente que sea, puede pretender ser también la interpretación causal válida. En sí no es otra cosa que una hipótesis causal particularmente evidente” (Ibíd.). Y en esta línea de hipótesis causal es en la que vamos a desarrollar este trabajo tomando como foco de análisis los mercados, en un primer paso y partiendo del texto de Swedberg, así como un segundo paso en el que se toma como referencia a los mercados pero en su relación con el dinero, las monedas, los billetes, los valores bancarios, el dinero de plástico o el dinero electrónico. No pretende ser un estudio definitivo sino aportar un punto de vista diferente sobre los ya realizados tanto por el mismo Weber, tanto en la primera parte de Economía y sociedad (1984:56-64) como al final de esta en el apartado 5 de la segunda parte: “Mercado (incompleto)” -que aparece con este título entre paréntesis tanto en la versión española como en la alemana de 1922 (Ibíd. 493-498); como por Simmel en su Filosofía del dinero (1905) o Karl Marx, El capital (1867) y por otros autores actuales como Pierre Bourdieu Las estructuras sociales de la economía (2000); Baker y Jimerson “The sociology of money” (1992) y otros como Schumpeter (1971) o Smelser (1967), Zelizer (1989), White (1987), Rosenbaum (2000), Podolny (1994), Nee (1989), Luhmann (1988), Berger (2003) o Abolafia (1998). Debemos añadir a este grupo a Richard Swedberg por diversos trabajos sobre los mercados y, en general, sobre la sociología económica.